¡TOTILAS! El Futuro del PRE y PSL
No sabemos cuánto durará su esplendor, si se apagará más o menos rápidamente como casi todos los semidioses, que prefieren una vida corta y gloriosa a una larga y mediocre.
Pero lo que está claro es que este caballo, un KWPN, recuerda a lo que solemos llamar “un buen PRE”, es decir a un caballo de Pura Raza Española con óptimas cualidades; aires de paso, trote y galope muy expresivos, mucha clase, y un piafé y un passage entre los más elevados imaginables.
Si analizamos su morfología observaremos que su marco es más bien cuadrado, como un caballo ibérico, y no rectangular como uno centroeuropeo.
En lo primero en que nos fijamos es que su cuello, por ejemplo, no es largo, y que recuerda mucho a los cortos y, por debajo, algo empastados cuellos de algunos pura raza; está lejos de los largos cuellos a que nos tienen acostumbrados los warmblood.
Todo el tercio anterior de “Totilas”, su expresivo y elevadísimo movimiento de rodillas, se complementa con una enorme capacidad para remeter los posteriores y mantenerlos debajo, en un alarde de fuerza y resistencia.
Incluso el dorso de “Totilas”, que no es un buen dorso, recuerda al de algunos caballos ibéricos, algo cedido entre la grupa y la cruz.
El caballo además tiene barriga y ese punto de falta de armonía de algunos tipos morfológicos del caballo ibérico.
Entonces, la pregunta que surge es: ¿por qué, si se parece tanto a un PRE o a un PSL, este caballo vuela y abruma con sus aires y la calidad de sus movimientos, está en la cúspide de la Doma Clásica, y sin embargo los caballos ibéricos están luchando por hacerse un hueco entre las primeros veinte clasificaciones?.
“Totilas”, hasta hora un ejemplar aislado, uno de los 3.400 hijos del semental “Gribaldi” (“Peter Pan”, “Sister de Jeux”, “IPS Painted Black”), encuentra la clave de su movimiento en que ese cuello corto está justo encima de las espaldas, no está delante de ellas, sí así fuera nos encontraríamos con un problema, pero al tener esta inserción del cuello más o menos corta, más o menos empastada, ese inconveniente se compensa.
Por su parte, las largas, inclinadas y diagonalizadas espaldas de Totilas son a su vez las que permiten que la elevación de la rodilla se produzca.
Esto, unido a que su cruz también sale de las espaldas, posibilita que el jinete pueda llevarse todo ese tercio anterior, típico del PRE y del PSL, hacia atrás, hacia el tercio posterior que espera ya la recepción de más de 70% de su peso.
”Totilas” entonces no duda, no se resiente, y recibe la enorme carga a través de su dorso y de su zona lumbar; lo hace en equilibrio, en el llamado equilibrio natural en que parte del peso se reparte a ambos lados de un imaginario eje vertical, como un funambulista con pértiga sobre el alambre.
Por otro lado, “Totilas” no responde a la imagen del caballo elástico, con un dorso vibrante. Y, ¡ojo!, no debemos confundir su enorme capacidad de flexión con elasticidad.
En “Totilas” hay tensión. Como podemos observar en las imágenes de las secuencias de su movimiento, “Totilas” también se invierte por el cuello y ahueca el dorso.
Algo que también nos recuerda a algunos de nuestros PRE´s. Sin embargo donde por lo general los ibéricos reaccionarían sacando los pies fuera de la masa, este KWPN los mantiene debajo. Y en cualquier caso el dorso algo cedido, en su conformación es preferible a un dorso recto o encarpado, porque eso lo haría mucho más rígido y supondría dificultar aún más la conexión de la trasmano con el tercio anterior.
Si nos fijamos en las transiciones del piafé al passage vemos que tras los primeros trancos “Totilas” al final también tiende a abrirse por detrás y se desune.
Esto es así porque ha llegado al límite de lo que su morfología le permite soportar, y avisa de que los ángulos que hacen posible su movimiento no pueden ir más allá.
Pero bueno, si esto es así, además de las tendidas espaldas, ¿no se entiende aún cuál es la gran diferencia con nuestras razas ibéricas?.
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